Muchos estudios están ya de acuerdo en que la harina de espelta es un buen aliado de la salud. Nutricionalmente, la espelta está formada en un 75% por carbohidratos, mientras que un 15% de su composición son proteínas y tan sólo un 5% contiene grasas. De este modo, en comparación con el trigo común, que es el producto más semejante, tiene un porcentaje mayor de hidratos de carbono, más contenido en fibra, más presencia de proteínas y aporta un mayor número de vitaminas del tipo B1 y B2, sin olvidar que también es una rica fuente de minerales muy importantes para el rendimiento diario de nuestro organismo, como el calcio, el magnesio, el fósforo y el potasio.

Además, lo que convierte a la espelta en un cereal muy valorado a nivel nutricional es que sus proteínas son algo más completas que las del trigo común. Esto se debe a que contiene un aminoácido esencial del que éste carece, que es la lisina. La importancia de la lisina reside en que es uno de los aminoácidos que nuestro organismo no sintetiza por sí sólo, por lo que únicamente puede obtenerlo a través de la dieta. Y el papel de este aminoácido es clave, ya que mejora la capacidad del cuerpo para absorber el calcio; ayuda a la producción de hormonas del crecimiento; desarrolla el sistema inmunológico y potencia el sistema neurológico. La presencia de lisina en la espelta ronda los 40mg por cada gramo, por lo que su aporte es lo suficientemente elevado para cubrir, prácticamente por sí misma, las necesidades diarias.

Otra gran ventaja de la espelta es que, por su estructura, resulta complicado eliminar las capas externas de la espelta. Antiguamente era un problema, puesto que impedía refinar el grano, actualmente permite que tomemos un cereal muy rico en fibra, especialmente soluble, lo que convierte a la espelta en un alimento muy recomendable para las personas que padecen estreñimiento.

En nuestro obrador puedes encontrar las 2 variedades de espelta, integral y blanca. Ya no tienes excusa para añadir la espelta a tu dieta.