Muchos estudios están ya de acuerdo en que la harina de espelta es un buen aliado de la salud. Nutricionalmente, la espelta está formada en un 75% por carbohidratos, mientras que un 15% de su composición son proteínas y tan sólo un 5% contiene grasas. De este modo, en comparación con el trigo común, que es el producto más semejante, tiene un porcentaje mayor de hidratos de carbono, más contenido en fibra, más presencia de proteínas y aporta un mayor número de vitaminas del tipo B1 y B2, sin olvidar que también es una rica fuente de minerales muy importantes para el rendimiento diario de nuestro organismo, como el calcio, el magnesio, el fósforo y el potasio.
- Victoria Rawson
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